SERIE: CONSTRUYENDO RELACIONES SANAS
En el corazón de la creación, Dios estableció las relaciones como un pilar fundamental. Desde el principio, en el jardín del Edén, Adán y Eva fueron diseñados para complementarse mutuamente, enseñándonos que la soledad no es buena y que necesitamos de otros para florecer plenamente. Las relaciones personales no solo enriquecen nuestras vidas, sino que también fortalecen nuestra salud mental y física, como lo confirman numerosos estudios. En un mundo que a menudo promueve el individualismo y la autosuficiencia, es crucial recordar que fuimos creados para conectarnos y depender unos de otros.
La pandemia del COVID-19 puso en evidencia la importancia de las relaciones humanas. Más allá de los efectos físicos del virus, la soledad y el aislamiento cobraron un alto precio en nuestra salud emocional y en nuestro sistema inmunológico. Esta experiencia colectiva nos recordó que, aunque las circunstancias pueden separarnos físicamente, nuestra necesidad de conexión y comunidad es inquebrantable. Las relaciones sanas no solo nos protegen en tiempos de crisis, sino que también son la base de una vida plena y satisfactoria.
DIOS SIEMPRE LLEGA JUSTO A TIEMPO
P. ELIAS HOYOS
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