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SERIE: PARÁBOLAS DE JESUS
La parábola de la moneda perdida en Lucas 15:8-10 es una hermosa ilustración del amor y el valor que Dios tiene por cada uno de nosotros. Jesús utiliza esta historia para mostrarnos que, aunque podemos sentirnos perdidos y sin valor, para Dios siempre somos de gran importancia. La moneda en la parábola no es cualquier moneda; es parte de una joya que tiene un significado especial para la mujer, lo que nos recuerda que cada uno de nosotros tiene un valor único y especial para Dios.
La mujer busca incansablemente la moneda perdida, reflejando el amor persistente de Dios por nosotros. No importa cuán lejos estemos o cuán perdidos nos sintamos, Dios nunca deja de buscarnos. Su amor es inagotable y su deseo de reconciliarnos con Él es constante. Cuando la mujer encuentra la moneda, hay una gran alegría, comparable a la que hay en presencia de los ángeles de Dios cuando un pecador se arrepiente. Esto nos muestra que el cielo se regocija cuando volvemos a Dios, y nuestra reconciliación con Él es motivo de gran celebración.
Esta parábola es una invitación a volver a Dios, sin importar cuán lejos estemos. Siempre hay una oportunidad de regresar y ser restaurados. En un mundo donde muchas veces nos sentimos perdidos, sin propósito o sin valor, esta parábola nos recuerda que somos amados y valorados por Dios. No importa cuántas veces hayamos fallado o nos hayamos alejado, siempre hay una oportunidad de regresar y ser restaurados. Que esta verdad nos lleve a vivir cada día con la certeza de que somos valiosos y amados por Dios, y que siempre podemos volver a Él.
Dios siempre llega Justo a Tiempo
P. Elias hoyos
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