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SERIE: DE LA CASA AL PALACIO
La vida no siempre es un camino tranquilo. Hay momentos que nos sacuden como un vaso lleno de líquido: la presión, las crisis o las pérdidas parecen agitarnos sin control. Pero en esos valles, Dios no está ausente. Él usa lo que nos incomoda para sacar a la luz lo mejor que llevamos dentro: fortaleza, creatividad y dependencia de Él. En lugar de renegar o huir, pregúntate: ¿Qué quiere enseñarme esto?Aceptar el proceso, aunque duela, es la semilla del crecimiento.
David enfrentó lanzas, envidia y traiciones, pero nunca devolvió el mal (1 Samuel 18:11). Su secreto no fue la perfección, sino la confianza en que Dios dirigía cada paso. Hoy, las «lanzas» pueden ser críticas, injusticias o miedos. La tentación es reaccionar, herir como nos hirieron o abandonar el campo de batalla. Pero la verdadera victoria está en esquivar el resentimiento, mantener el corazón en paz y seguir avanzando. ¿Qué eliges: defender tu ego o proteger tu propósito?
Dios siempre llega Justo a Tiempo
P. Elias hoyos