El agradecimiento enriquece, muestra una actitud humilde y sencilla, nos habilita para recibir más pues a través del agradecimiento sincero demostramos fidelidad.
La Biblia nos habla de 10 leprosos, personas desahuciadas médicamente, condenados a vivir solos apartados de sus familias y enfermos hasta morir, ellos cuando vieron a lo lejos que Jesús pasaba por aquel lugar clamaron a voz fuerte: Jesús ten compasión de nosotros, al instante sus suplicas fueron contestadas, siguieron las indicaciones que Jesús les daba y al instante fueron sanos de la lepra, ¡Que gran milagro! La letra desapareció pero el corazón de la mayoría siguió igual pues solo uno entendió el propósito y regreso para agradecer a Dios por lo que había recibido, los demás siguieron su camino.
¿Será que nos ha pasado igual?
¿Nuestra motivación al acercarnos a Dios solo es momentánea hasta que recibimos el milagro? Y ¿después que?
El hombre que regresó agradecido no solo fue sanado físicamente sino que su corazón fue transformado, los otros se conformaron con algo temporal pues ¿de qué sirve una sanidad física con un corazón lejos de Dios?
Esto me hace preguntar ¿qué tan agradecidos somos con Dios y las personas?
Dios siempre llega JUSTO A TIEMPO
P. Eliashc
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