Aprender a guardar el corazón en las manos correctas te garantiza un buen futuro y un presente maravilloso. ¿Pero en manos de quién? En manos de Dios.
Entregarle tu corazón a Cristo es la mejor manera de guardarlo y así vivir sabiamente. Somos seres creados por Dios con emociones pero no vivimos para las emociones, guardando tu corazón aprenderás a disfrutar de tus sentimientos pero no ser dirigido por ellos pues dejarse llevar por las emociones y sentimientos puede traer consecuencias a tu vida.
Dios siempre llega Justo a Tiempo
P. Elias hoyos
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