La vida es dinámica, de cambio y retos, pero en medio de todo hay un riesgo y es: te acomodas a lo que ya tienes y haz vivido o te dispones a estar determinado a seguir avanzando. En Dios la primera opción no existe sino la segunda, en el reino de Dios solo hay avances y no estancamientos.
Vemos en esta parte de la historia de Jesús el momento en que ya la obra está terminada en ese lugar, Jesús hizo un milagro pero ahora hay que seguir adelante, vemos allí dos tipos de personas, unos que se quedaron en la orilla siendo despedidos por Jesús (lo cual representa a la mayoría) y los discípulos dispuestos a volver a la barca para continuar el viaje. Estos dos tipos de personas los vemos también en la vida diaria: los que se quedan a la orilla son los que solo desean ver un milagro en sus vidas pero no quieren cambios ni compromisos con Dios, son los que se acomodan y prefieren estar entre la multitud para no sentirse rechazados y están los que quieren más de Dios y no se conforman con el milagro sino que están dispuestos a dar el paso de fe para continuar.
Hoy la pregunta es para ti: ¿decides quedarte en la orilla con la multitud o estar determinado a seguir el proceso volviendo a la barca?
Dios siempre llega JUSTO A TIEMPO
P. ELIAS HOYOS
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