No todo acaba cuando morimos, solo ocurre una separación de esta tierra, quiero que sepas que todo lo que vivimos aquí y ahora pasará, es temporal y por lo tanto, amar lo temporal es desechar lo eterno.
Jesús nos regala un vivo ejemplo de lo importante que es aprender a vivir la vida a diario sin quitar la mirada de lo eterno pase lo que pase, y digo: pase lo que pase, porque podemos experimentar tiempos de abundancia cómo tiempos de escasez pero eso no determina el final de todo.
A través de una historia nos enseña Jesús el final que tuvieron dos hombres cuya vida en la tierra no fue la misma, uno gozó de todo lo que alguien quisiera tener mientras el otro llamado Lazaro solo tuvo dolencias, enfermedad y crisis económica, el uno nunca ayudó al otro, sin embargo, cuando a los dos les ocurrió lo mismo: Murieron, su final fue diferente, no por la condición en la que se encontraban materialmente sino por lo que había en el corazón de cada uno.
¿Qué hay en nuestro corazón? Recuerda que hay una eternidad.
Dios siempre llega JUSTO A TIEMPO
P. Eliashc
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