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¿Logras recordar cuando estabas pequeño(a) cuantas caídas te diste para comenzar caminar o cada travesura que hacías cuantos golpes te causó?
Creo que muchas de aquellas experiencias las recordamos no porque estén allí en nuestra mente solamente sino porque nos dejaron marcas en nuestro cuerpo y al verlas quizás reímos y decimos: ¡valla, que rebelde o atrevido era yo!
De esta misma manera cargamos marcas fuertes y profundas en el corazón, situaciones que han generado fuertes dolores y que hoy al verlos o recordar podemos darnos cuenta si han sanado o no, pues cada vez que los recordamos es como tocar la herida que se ve sana pero que por dentro todavía está viva…
Hoy tengo una buena noticia para ti, Dios puede cambiar lo mas triste en una experiencia productiva y de gozo, quizá en el momento hay cosas que no puedes entender pues lo que ves, lo ves desde el dolor, pero cuando dejas que Dios te enseñe entenderás que al final fue para bien.
Dios siempre llega JUSTO A TIEMPO
P. Eliashc