Que palabra más complicada de vivir, ¿cierto? Sobre todo en un mundo donde todo es rápido e instantáneo, cada vez más nos volvemos impacientes, incapaces de esperar y estar tranquilos, el ritmo de la vida nos lleva a la desesperación.
Hace unos años atrás cuando te conectabas a Internet te tocaba esperar a que la conexión se realizara, ¿recuerdas?
Había un módem conectado al teléfono, el Internet era re-lento, pero ahora, es muy rápido y así lo queremos todos, estamos a un clic de toda información.
En un mundo en evolución y rapidez, la paciencia se vuelve un tesoro, aprender a esperar sin perder la calma es una virtud dada por Dios que nos ayuda a tomar las mejores decisiones y caminar en paz confiando en que nuestro padre celestial para todo tiene una solución.
Escucha este consejo para hoy y no dejes que la velocidad en la que llevas tu vida te haga perder el freno y tener consecuencias.
Aprende a ser paciente!
Dios siempre llega JUSTO A TIEMPO
P. Eliashc
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