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SERIE: INEXPLICABLE
En esta historia, vemos cómo Jesús permitió que sus discípulos pasaran por una dura tormenta, no para hundirlos, sino para probar y fortalecer su fe. Aunque la situación parecía difícil, Jesús nunca los abandonó. Él se les apareció y les dio ánimo, paz y tranquilidad. Incluso le dio a Pedro la oportunidad de caminar sobre el agua, pero cuando este desvió su mirada de Jesús, comenzó a hundirse. Sin embargo, Jesús lo levantó y lo confrontó suavemente, diciéndole «hombre de poca fe». Esto nos enseña que la fe debe ser consistente, no solo en los momentos fáciles, sino también en las pruebas.
Cuando Jesús subió a la barca, los vientos se calmaron. Esto demuestra que Dios permite las tormentas en nuestras vidas con un propósito: para forjar nuestro carácter y mostrarnos lo que hay en nuestro corazón. Tal como Dios probó el corazón de Israel en el desierto, Él también quiere que aprendamos las lecciones que Él tiene para nosotros en medio de las dificultades. La Biblia dice en Romanos 8:28: «Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.» Dios no nos abandona en la tormenta, sino que quiere que aprendamos y crezcamos.
Dios siempre llega Justo a Tiempo
P. Elias hoyos
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