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Hablar de perdonar no es fácil cuando la herida que te han causado es grande. Sin embargo, ¿cuántas hemos causado nosotros?
En este texto de la palabra aparece una mujer que está siendo juzgada por la gente y la condena era morir apedreada, una turba de gente le rodeaba y no precisamente para darle la mano y ayudarle a levantar!
Cuantos rostros conocidos ella vio en esos momentos, cuantos amigos, vecinos y hasta familiares vio con piedras en sus manos dispuestos a acabar con ella…, que dolor es ver que aún los que una vez ayudaste, son los que hoy tienen piedras en las manos para acabar contigo… ¿Es fuerte verdad?
Sin embargo , allí estaba el único que tenía autoridad para condenarle, Jesús!
En que posición te encuentras hoy, cuantas piedras tienes guardadas en tu corazón para golpear al que primero encuentres que te falló, pero ¿que tal si mañana tu serás el que sea juzgado?
Antes de tirar la piedra, mira si eres digno de hacerlo, no juzgues simplemente porque los demás no pecan como tú…. Necesitamos soltar la piedra y perdonar…
Suelta la piedra hoy y decide perdonar, el señor está dispuesto a ayudarte!
Y si hoy haz sido perdonado, mañana perdona tu a aquellos que un día levantaron una piedra contra ti…
Dios siempre llega JUSTO A TIEMPO
P. Eliashc