Salmos 32:3-4
Esconder y dejar pasar puede ser peligroso, secretos guardados en algún momento saldrán a la luz y harán un gran daño.
El Rey David lo experimentó por lo cual escribió en este salmo: mientras calle mi pecado y me negué a confesar, mi cuerpo se consumió.
Tener pecados ocultos trae maldición, destrucción, enfermedad y condenación, a veces pensamos que no pasará nada y lo dejamos pasar o lo escondemos, no hay un verdadero arrepentimiento por lo tanto no hay cambios en nuestra vida, rechazamos el consejo de Dios y al final terminamos con las manos en la cabeza lamentándonos por todo lo qué pasó.
Debemos aprender a confesar aquellas cosas o situaciones que estamos cometiendo que lo están bien, todavía hay oportunidad, de lo contrario acabarás con tu vida.
Hoy es el día de confesar, no sigas ocultando más.
Dios siempre llega JUSTO A TIEMPO
P. Eliashc
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