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La vida es un regalo precioso que, cuando se cuida y se vive con propósito, puede traer alegría y frutos duraderos. Sin embargo, a menudo subutilizamos este regalo al vivir sin visión ni propósito, lo que puede llevar a una existencia vacía y sin sentido. Es crucial entender que no somos el resultado de una explosión en el universo o del azar, sino que fuimos creados con un propósito divino. Este entendimiento cambia nuestra perspectiva y nos ayuda a vivir de manera más significativa.
Vivimos en una sociedad que a menudo nos desvía de nuestro propósito inicial, inmersa en el consumismo, el egocentrismo y la falta de dirección. Es fácil perderse en la información y las influencias negativas que recibimos diariamente. Sin embargo, cuando reconocemos la existencia de un Dios que nos creó con un propósito específico, nuestra vida adquiere un sentido más profundo. No se trata solo de creer en Dios, sino de permitir que Él guíe nuestras vidas, enseñándonos cómo vivir de acuerdo con Su diseño.
Jesús nos ofrece un yugo fácil y una carga liviana, invitando a aquellos que están cansados y cargados a encontrar descanso en Él. Seguir Sus enseñanzas no significa una vida sin problemas, pero sí una manera mejor de afrontarlos con sabiduría y confianza. Al rendirnos a Dios y aceptar Su yugo, descubrimos el propósito para el cual fuimos creados y encontramos paz y satisfacción que el dinero y el éxito mundano no pueden proporcionar.
Dios siempre llega Justo a Tiempo
P. Elias hoyos
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