¿Hasta qué punto puede más nuestro orgullo y arrogancia que reconocer que estamos necesitados? en esta historia encontramos a un hombre llamado Naaman acostumbrado a ser el centro de todo, un hombre lleno de éxitos el cual cree que se merece todo lo que desea, quiza tengas algun parecido con él, sin embargo, a pesar de todo lo que tenia, habia algo que le recordaba cuán débil era y necesitado de Dios, Naaman estaba enfermo de lepra, una lepra no solo física sino espiritual.
Eliseo era un profeta de Dios que entendió que Naaman necesitaba ser sanado pero de adentro hacia afuera y por ende lo confronta enviando a hacer algo que él no quería porque pensaba que era humillarse pues no estaba dispuesto a ello hasta que tuvo que reconocer que debía obedecer para ser sanado.
Naaman tenía lepra que comenzaba en su corazón, quiero hacerte una pregunta: ¿la tienes tú?
Separados de Dios nada podemos hacer.
Dios siempre llega JUSTO A TIEMPO
P.Eliashc
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Hermosa reflexión