He estado pensando mucho en cómo el pasado puede afectar nuestro presente. A veces, recordar puede ser doloroso y nos hace cargar con culpas y remordimientos. Pero he aprendido que es crucial recordar las bendiciones y las enseñanzas que Dios ha puesto en nuestras vidas. Estas experiencias nos fortalecen y nos ayudan a ser más resilientes en las dificultades actuales. Sin embargo, es importante hacerlo con la motivación correcta: para crecer y no para estancarnos en lo que pudo haber sido.
A menudo cuando nos aferramos a lo que pasó, dejamos que el peso del pasado nos impida ver las nuevas oportunidades que están frente. Dios nos llama a dejar atrás lo que nos hace daño y a confiar en Él para lo que viene. Es como si Él dijera: «Deja de mirar hacia atrás, lo que importa es lo que está adelante». Es difícil, pero necesario, aprender a soltar y a perdonar, no solo a los demás, sino también a nosotros mismos.
Nuestra vida está en constante cambio y cada decisión que tomamos afecta nuestro futuro. Es crucial estar atento a la voz de Dios y seguir sus direcciones, no para evitar problemas, sino para enfrentarlos con su guía.
Decide hoy tomar una decisión diferente: voy a dejar ir lo que me está haciendo daño y voy a confiar en que Dios tiene algo nuevo y hermoso para mí. No sé lo que vendrá, pero sé que con Dios a mi lado, puedo enfrentarlo con esperanza y fe.
Dios siempre llega Justo a Tiempo
P. Elias Hoyos
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