En mi experiencia cristiana, he aprendido que discernir la voz de Dios no es lo más difícil; lo verdaderamente complicado es aceptar y obedecer lo que Él nos pide. Dios nos habla constantemente a través de otros, la oración, la Biblia, la creación y en lo profundo de nuestro ser. Sin embargo, a menudo no estamos dispuestos a escuchar, pensando que el mensaje es para alguien más o que nuestras propias estrategias son mejores.
He descubierto que seguir el camino de Dios es mucho más provechoso que seguir el nuestro propio. Cuando actuamos según nuestras propias ideas, cometemos errores y enfrentamos consecuencias. En cambio, alinearnos con la voluntad de Dios nos ayuda a evitar muchos problemas. La Biblia nos recuerda que Cristo, nuestro sumo sacerdote, entiende nuestras debilidades y nos ofrece misericordia y gracia en tiempos de necesidad.
Por lo tanto, te invito a acercarte a Dios con confianza, reconociendo tus debilidades y pecados. No trates de ocultar tus luchas, porque Dios ya conoce tu corazón y te ofrece sanación y limpieza por Su gracia. Hoy es el día de romper con la vergüenza y la culpa, y de entrar en la presencia de Jesús, quien te espera con los brazos abiertos para fortalecerte y transformarte.
DIOS SIEMPRE LLEGA JUSTO A TIEMPO
P. ELIAS HOYOS
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