SERIE: PÉRDIDAS QUE ACTIVAN PROPÓSITOS
A veces, la vida nos sorprende con pérdidas inesperadas que nos dejan con un profundo dolor y confusión. Como Mefiboset, muchas veces nos quedamos atrapados en un lugar de sufrimiento, dudando de nuestro valor y de lo que Dios puede hacer por nosotros. Sin embargo, la verdad es que cada luto tiene su tiempo, y cuando ese tiempo termina, Dios nos invita a levantarnos y recibir la bendición que ha preparado para nosotros. Aunque el camino sea incierto y dé miedo salir de nuestra zona de confort, al confiar en Él descubrimos que hay vida más allá del dolor, hay un propósito más grande esperándonos (Jeremías 29:11 NTV: «Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza»).
Es importante entender que Dios no nos define por nuestras heridas ni por lo que el mundo de nosotros. Él nos ve con amor y nos llama por nuestro verdadero nombre, nos ofrece un lugar a su mesa y un propósito eterno.
P. Elias hoyos