SERIE: DIOS QUIERE VERTE ARDER
La vida de Moisés nos revela una verdad transformadora: los mejores líderes se forman donde nadie los aplaude. Durante 40 años en el desierto de Madián, aquel príncipe egipcio convertido en pastor anónimo aprendió lecciones que ningún palacio podría enseñar. Mientras cuidaba ovejas ajenas, Dios trabajaba en su carácter: la impaciencia se volvió sabiduría, el miedo se transformó en fe. Hoy, cuando queremos resultados instantáneos y reconocimiento público, el relato bíblico nos recuerda que «Dios prepara en lo oculto lo que manifestará en lo visible» (Isaías 64:4 NTV).
Nuestra cultura obsesionada con las redes sociales y la validación externa choca con este principio espiritual. Moisés, David (pastor de ovejas) y hasta Jesús (carpintero durante 30 años) muestran que la intimidad con Dios en el anonimato construye cimientos indestructibles. ¿De qué sirve tener miles de seguidores si no hemos vencido nuestro ego en el secreto? El desierto no era castigo para Moisés, sino taller divino: allí descubrió que liderar naciones empieza dominando rebaños, y que escuchar a Dios requiere silenciar el ruido del mundo.
Si hoy sientes que tu vida transcurre entre lo ordinario y lo invisible, celebra: estás en el periodo de incubación más poderoso.
