E17: PALABRAS CORRECTAS

SERIE: DE LA CASA AL PALACIO

Nuestras palabras son armas espirituales. Así como Goliat intentó derrotar a David con amenazas, el enemigo busca tentarnos para que declaremos derrota, queja o incredulidad ante los problemas. Pero David no respondió desde el miedo, sino desde la certeza de quién era Dios para él: «Tú vienes con espada, yo vengo en el nombre del Señor» (1 Samuel 17:45, NTV). Cada palabra que pronunciamos revela lo que hay en nuestro corazón y, más importante, determina si caminamos en la victoria de Cristo o nos hundimos en la condenación de nuestras propias declaraciones.  

La vida es una batalla de declaraciones. Cuando Israel murmuró en el desierto, atrajeron amargura; cuando David confesó la fidelidad de Dios, venció gigantes. Satanás no puede robarnos la paz, pero sí engañarnos para que la regalemos con palabras impulsivas. ¿Cómo reaccionas cuando la presión llega? ¿Declaras «Dios me abandonó» o «Él es mi refugio» (Salmo 91:2, NTV)? La diferencia no está en la circunstancia, sino en qué voz elegimos amplificar: la del temor o la de la fe.  

Dios siempre llega Justo a Tiempo

P. Elias hoyos