Siempre hemos pensado que los enemigos que tenemos son aquellos que nos rodean, estamos vigilantes de que nada de lo externo pueda afectarnos o herirnos, eso está bien, sin embargo, descuidamos un área importante que tiene que ver con nosotros: nuestro corazón.
Es normal que alguien se acerque a ti y te diga: cuídate de tal o tal persona, ten cuidado de los que te rodean, pero, ¿que pensarías si alguien a cada rato te dijera: ten cuidado de ti mismo?
Ese fue el consejo de Pablo a Timoteo, te cuidado de ti mismo, nunca dejamos de conocernos y muchas veces nos sorprenderemos con ciertas actitudes que saldrán de nosotros porque siempre estuvieron allí en nuestro corazón.
Cada día acércate a Dios en oración y pide que te haga ver lo que tú no puedes ver de ti, tu mayor enemigo puede que no esté afuera sino dentro por lo tanto, necesitas que tú corazón sea gobernado por Dios.
Dios siempre llega Justo a Tiempo
P.Eliashc
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