SERIE: EL DOLOR QUE DA VIDA
Me gustaría compartir una reflexión sobre la paciencia y la entrega, dos actitudes fundamentales en nuestro caminar de vida y de fe. En un mundo donde todo parece girar a mil por hora, donde la impaciencia reina y la solución inmediata es la norma, nos cuesta esperar y nos cuesta aún más entregar nuestro control a Dios. Nos aferramos a la idea de que nadie puede hacer las cosas como nosotros, y eso nos impide ver las oportunidades de crecimiento y descanso que Dios tiene para nosotros.La verdad es que Dios no está interesado en cambiar nuestro entorno, sino en cambiarnos a nosotros. Él quiere moldear nuestro carácter, hacer de nosotros personas que reflejen su amor y su paz, incluso en medio de la adversidad.
DIOS SIEMPRE LLEGA JUSTO A TIEMPO
P. ELIAS HOYOS