SERIE: CARTAS DESDE LA PRISIÓN
La fidelidad a Dios va más allá de asistir a la iglesia o leer la Biblia; se trata de vivir cada día con integridad y obediencia en todo lo que hacemos. Como dice Mateo 25:21 (NTV): «El señor le dijo: ‘¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! Has sido fiel en manejar una pequeña cantidad, así que ahora te daré muchas más responsabilidades. ¡Ven, celebra conmigo!». Este versículo nos recuerda que Dios valora nuestra fidelidad en lo pequeño, porque es allí donde demostramos cuánto lo amamos y honramos.
Para ponerlo en práctica, comienza evaluando tu vida: ¿Eres fiel en tu trabajo, en tu familia, en tus amistades y en tu relación con Dios? Pídele al Espíritu Santo que te guíe y muestre aquellas áreas donde necesitas crecer en obediencia. Como enseña 2 Timoteo 2:15 (NTV): «Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que explica correctamente la palabra de verdad». Esto significa buscar siempre alinearnos con Su voluntad, no con la nuestra.
P. Elias hoyos
