Romanos 9 : 30-32
Imagínate que tienes un gran proyecto que quieres llevar a cabo, quieres construir y adquieres un buen terreno para hacerlo, tiene los recursos que necesitas de acuerdo a tu presupuesto y comienzas el trabajo, pero, al final del primer día, te das cuenta qué hay una gran piedra en todo el centro del lugar que conseguiste, es una gran roca, algunos te dan el consejo de utilizarla, pero tú no quieres porque vez que esa gran piedra te arruina tu diseño, tus planes.
Al día siguiente lo primero qué haces es contratar más personal e invertir en todo lo necesario para quitarla, tu arrogancia te hace tomar decisiones equivocadas, te gastas el presupuesto inicial y pierdes tiempo para llegar a la conclusión que no podrás sacar esa roca de ese lugar, podrías pensar que esa gran piedra apareció para arruinar tus planes o darte cuenta que está allí para bendecir tu vida, pero tu orgullo no te deja pensar de esa manera.
¿qué tal si la roca pudiese ser la base que utilices para edificar?
¿Sabes que así nos pasa en la vida?
La Biblia nos menciona que los conocedores de la ley en el tiempo de Jesús querían hacer todo a su manera, eran obstinados y tenían sus propias conclusiones de la vida, esto los llevó a muchos fracasos porque no creyeron en Jesús y para ellos fue esa gran piedra en el camino.
Vamos por la vida pensando que tenemos la razón y queremos seguir haciendo las cosas a nuestra manera y optamos por despreciar a Jesús.
La Biblia nos enseña que Jesús es la roca, esa gran piedra que Dios envió para nuestro bien, sin embargo, no optamos por edificar sobre ella, sino que buscamos la manera de esquivarla para terminar siempre mal.
¿quiere tropezar con la roca una y otra vez o quiere edificar sobre ella?
Tú decides hoy
Dios siempre llega JUSTO A TIEMPO
P.ELIASHC
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