SERIE: CARTAS DESDE LA PRISIÓN
¿Alguna vez has sentido que das todo de ti por los demás y no recibes nada a cambio? Es normal sentirse así, pero aquí está la clave: tu valor no lo define la gratitud de la gente, sino tu esencia en Cristo. Como el maestro que salvaba al escorpión una y otra vez, a pesar de las picaduras, nuestra naturaleza renovada es hacer el bien—sin importar si otros lo reconocen o no. La Biblia nos recuerda: «No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos» (Gálatas 6:9, NTV). Practica esto: hoy, haz algo bueno por alguien sin esperar nada… ni siquiera un «gracias». Hazlo como un acto silencioso entre tú y Dios.
La verdadera motivación define todo. Si buscas likes, reconocimiento o reciprocidad, cada falta de respuesta te dolerá. Pero si vives para agradar a Dios, tu paz no dependerá de cómo te traten los demás.
P.Elias hoyos