Vivir sin sentido y propósito es como caminar en piloto automático, sin asombro ni gratitud por las pequeñas bendiciones diarias. Nos acostumbramos a hacer cosas sin reflexionar sobre su verdadero significado, perdiendo la capacidad de disfrutar y agradecer lo que Dios nos da cada día. La vida sin propósito es vacía, pero Dios tiene un plan maravilloso para cada uno de nosotros. Él nos formó con un diseño específico y un propósito único.
La única manera de descubrir y vivir ese propósito es a través de una relación correcta con Dios, facilitada por Jesucristo. Jesús no vino a condenar, sino a ofrecer salvación y una vida plena. Aunque no todos crean en Él, Dios sigue existiendo y amando a cada persona. Conectarse con Dios a través de Cristo es esencial para encontrar el verdadero sentido de la vida y evitar las distracciones y desviaciones que el mundo nos presenta.
En Juan capítulo 15, Jesús se compara con una vid y nos invita a ser sus ramas, produciendo fruto a través de nuestra unión con Él. Las ramas que no dan fruto son separadas, mientras que las que lo hacen son cuidadas y cultivadas por el Padre. Esto nos recuerda la importancia de priorizar a Dios en nuestras vidas y de seguir el camino que Él ha trazado para nosotros. Escoger vivir conectados a la vid verdadera, que es Cristo, nos lleva a una vida de propósito, amor y paz.
Dios siempre llega Justo a Tiempo
P. Elias hoyos
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