Ser niño tiene sus ventajas pero también el crecer y madurar, cuando somos niños no tenemos las mismas responsabilidades que un adulto, es más, su mayor preocupación es jugar.
Cuando somos adultos todo cambia y es allí donde sentimos el dolor al experimentar por la vida estos cambios. ¿Alguna vez has pensado en lo maravilloso que sería volver a ser niños?
Sin embargo es una etapa de la vida que ya pasó y ahora hay que madurar.
Cuando eres niños hay cosas que aunque las quieras, no las podrás tener simplemente porque no estás preparado, ahora ¿me entiendes?
Envejecer es obligatorio pero madurar es opcional, podemos hacer pataletas o podemos recurrir a Dios para que nos ayude a crecer y podamos recibir lo que El ya tiene destinado para sus hijos, hijos maduros que se parecen más a Cristo.
Debes tomar la decisión de dejar de huir a la realidad y hacer frente a la vida, ya creciste y Dios está contigo para darte la victoria.
Dios siempre llega JUSTO A TIEMPO
P. Eliashc
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