NO SOY YO, SINO EL PECADO QUE MORA EN MI

SERIE: CONTAMINADOS

En nuestra vida diaria, a menudo nos encontramos luchando con una naturaleza pecaminosa que nos impulsa a hacer cosas que no agradan a Dios. Esta lucha interna es algo que todos experimentamos, y puede ser frustrante sentir que queremos hacer lo correcto pero terminamos cediendo a la tentación. Sin embargo, la Biblia nos enseña que aunque el pecado habita en nosotros, no tiene que gobernar nuestras vidas. La clave para someter esta naturaleza pecaminosa es mantener una relación diaria con Dios a través de la meditación en Su palabra, la oración y la congregación con otros creyentes.

Cuando nos desconectamos de Dios, le damos prioridad a nuestras propias desires y emociones, lo que nos lleva a pecar y a vivir en consecuencias negativas. Es importante recordar que aunque el pecado está presente en nosotros, no tiene que dominarnos. Aceptar a Cristo como Señor y rendir nuestra vida a Él es la única manera de experimentar verdadera libertad. Cuando permitimos que Cristo gobierne nuestras vidas, Él nos fortalece en nuestras debilidades y nos ayuda a resistir la tentación, transformando nuestra vida en una que honre a Dios.

Finalmente, es crucial no apartarnos de la congregación cuando nos sentimos culpables o hipócritas. La congregación es un lugar de apoyo y crecimiento espiritual, donde podemos ser edificados y encontrar la gracia de Dios

Dios siempre llega Justo a Tiempo

P. Elias hoyos

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