Aprender a ser pacientes y esperar a que Dios haga su obra perfecta nos puede costar, pues no nos gusta esperar y más cuando vemos que están siendo injustos con nosotros, siempre tenemos la tendencia a responder y a defendernos a nosotros mismos generando así un problema mayor.
David aprendió que en la vida es necesario aprender a cuándo utilizar la fuerza y cuando es necesario callar, el pudo utilizar justicia propia al ser atacado por Saul cuando le lanzaba las lanzas con el fin de matarlo, pero David aprendió a esquivarlas, sabia que Dios es el que juzga y que era parta de su proceso de aprendizaje.
Debemos aprender a refugiarnos en Dios y no confiar en nuestra propia fuerza, dejarnos llevar por nuestra emociones es lo peor que puedes hacer, deja que Dios se encargue y te guíe por el camino correcto.
Dios siempre llega JUSTO A TIEMPO
P. Eliashc
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Excelente reflexión . La palabra nos enseña y nos levanta