En nuestra vida diaria, a menudo ignoramos las señales que nos indican que algo no está bien, como cuando el indicador de combustible de nuestro carro nos avisa que estamos bajos de gasolina. Confiamo en que podemos seguir adelante sin tomar acción inmediata, pero esto puede llevarnos a problemas mayores, como quedarnos varados. De la misma manera, Dios nos da señales constantes para alertarnos sobre aspectos importantes de nuestra vida, y si no les prestamos atención, podemos llegar a tocar fondo y culpar a otros por nuestras circunstancias.
La Biblia nos enseña la importancia de guardar nuestro corazón, lo cual significa protegerlo del mal y discernir qué pensamientos y influencias permitimos entrar en nuestra mente. Nuestras emociones y decisiones están en nuestras manos, y somos responsables de cómo reaccionamos ante las situaciones de la vida. Si permitimos que pensamientos negativos se incuben en nuestra mente, estos influirán en nuestras acciones y percepciones, empañando nuestra visión de la realidad.
Jesús nos ofrece paz como un regalo, una paz que no es la ausencia de problemas, sino la capacidad de confiar en Dios en medio del conflicto. Esta paz nos da la sabiduría para enfrentar problemas con tranquilidad y cordura. Es crucial que tomemos responsabilidad en cuidar nuestro corazón, filtrando lo que permitimos que entre en nuestra mente. Al hacerlo, podremos vivir con más propósito y dirección, confiando en que Dios nos guía en cada paso del camino.
DIOS SIEMPRE LLEGA JUSTO A TIEMPO
P. ELIAS HOYOS
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