En nuestra vida diaria, es crucial ser conscientes de las influencias sutiles que pueden afectar nuestra percepción de la realidad. Satanás, astutamente, busca distorsionar nuestra visión de las cosas, utilizando lo que nos agrada ver y escuchar para influenciar nuestros pensamientos y decisiones. Esto puede llevar a conflictos en nuestras relaciones familiares, en la comunicación con nuestros hijos, y en nuestro servicio a Dios. Es esencial reconocer que nuestras emociones pueden engañarnos, y que lo que sentimos no siempre refleja la verdad.
Jesús nos enseñó que la verdad nos hará libres. Para alcanzar esta libertad, debemos estar dispuestos a buscar y aceptar la verdad, incluso si esto implica cuestionar nuestras propias creencias y percepciones. Dios quiere liberarnos de las cadenas del engaño y las malas percepciones, invitándonos a ver la vida con claridad y santidad. Al hacerlo, podemos disfrutar de relaciones más auténticas y una vida llena de propósito y paz. La próxima vez que sientas algo negativo hacia alguien, pregúntate si esa percepción es realmente la correcta, y si no lo es, busca la verdad. La verdad no solo te hará libre, sino que también te permitirá ver la vida con una luz nueva y más clara.
DIOS SIEMPRE LLEGA JUSTO A TIEMPO
P. ELIAS HOYOS
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