SERIE: INEXPLICABLE
A veces, en medio de tu dolor, Dios te llama a ser luz para alguien más. Quizás estás pasando por una enfermedad, una pérdida o una crisis, y sientes que no tienes fuerzas para ayudar a otros. Pero justo ahí, en tu debilidad, tu testimonio puede salvar vidas. Como Jesús, quien, tras enterarse de la muerte de Juan el Bautista, vio a una multitud necesitada y eligió sanarla (Mateo 14:14, NTV). Él no ignoró su propio dolor, sino que lo usó para mostrar compasión. Hoy, aunque te cueste, comparte una palabra de esperanza con alguien. Tu historia de lucha puede ser el milagro que otro espera. «Él nos consuela en todas nuestras dificultades para que nosotros podamos consolar a otros» (2 Corintios 1:4, NTV).
Dios siempre llega Justo a Tiempo
P. Elias hoyos