Llegan momentos en que necesitamos recapacitar y darnos cuenta en qué punto de la vida nos encontramos y hacia donde vamos. Hacer una pausa no significar renunciar, significa revaluar.
El hijo pródigo lo hizo, lastimosamente tuvo que llegar a un punto de quiebre para hacerlo, pero fue necesario antes de que se perdiera por completo. Él entendió que debía volver a casa del padre, esta casa representa volverse a Dios, definitivamente nunca debimos salir de donde lo teníamos todos y es en Dios, sin embargo, todavía hay tiempo de volver pues mientras haya vida hay esperanza.
Hoy el mensaje de Dios para ti es: Vuelve a casa hijo(a).
Dios siempre llega Justo a Tiempo
P. Elias hoyos
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