Todos nos acercamos a Dios por una necesidad o un milagro, El no tiene problemas con eso, a Dios le gusta bendecirnos, lo malo es que no somos agradecidos y tendemos a olvidar fácilmente lo que El hizo por nosotros.
10 leprosos desahuciados llegaron donde estaba Jesus, pidieron misericordia y ser sanados, al instante el milagro ocurrió: ya no tenían lepra, ellos estaban contentos, se fueron, celebraron y se olvidaron de quien les había dado todo, solo uno fue agradecido.
¿Cuan agradecido eres con Dios? O ¿solo buscamos su favor y seguimos con nuestra vida igual?
Dios siempre llega Justo a Tiempo
P. Elias Hoyos
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