Salir corriendo ante la primera salida que aparezca no es sabio ni recomendable, aunque parezca una buena salida puede que sus consecuencias no lo sean también.
Aprender a depender de Dios nos dará la confianza para no correr riesgos ni tampoco abandonar lo que estemos haciendo, nos ayudará el Señor a esperar y tener calma para ver con claridad, siempre hay una salida.
La Biblia nos enseña a deleitarnos en el Señor y El concederá las peticiones del corazón.
Descansa en Dios y deja que guíe tus pasos.
No renuncies antes de tiempo.
P. Eliashc.
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