Filipenses 3:3-8
Cuántas veces hemos utilizado esa frase con el fin de expresar que no necesitamos ayuda de nadie y mucho menos de Dios, estamos tan convencidos de que la experiencia que nos ha dado la universidad de la vida es suficiente.
Nos acostumbramos a ser la base de la gente, los que sostienen a los demás, a tener el control de todas las cosas inclusive a salvar a todo el mundo pero ¿de que sirve si perdiéramos nuestra alma?
Si fuera por la experiencia y el conocimiento El apóstol Pablo tendría toda la libertad y autoridad de decir: yo se lo que hago, tenía muchos títulos y fanático de la ley hasta el punto de pensar que perseguir a los cristianos era lo bueno, sin embargo, cuando tuvo un encuentro con Jesús, radicalmente su vida cambió, entendió que todo lo que consideraba bueno no lo era y que al final estuvo cegado es decir, No sabía lo que hacía.
Ahora que Cristo estaba en su corazón podía ver con claridad y ahora si decir al cambia su frase de “yo se lo que hago” por aquella que expresó: por gracia soy lo que soy, en otras palabras, ya no me confío en lo que sé, ahora vivo por que Cristo vive en mi.
Es hora de que tú hagas lo mismo hoy, deja de confiarte en ti mismo y que sea Dios quien el que verdaderamente guíe tus paso, coloca en el Señor toda tu confianza.
DIOS SIEMPRE LLEGA JUSTO A TIEMPO
P. Eliashc
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