El fin de Dios no es solo bendecir tu vida sino que entiendas que eres parte de algo más grande que solo tú, haz sigo procesado para ser instrumento de bendición a otros en las manos de Dios.
Es por ello que esta promesa de Isaías 58:11 es: Serás como un huerto de riego y cómo manantial de aguas que nunca faltan, es decir, serás tierra deseable algo así como un oasis en medio de un desierto llamado mundo, serás las manos de Dios para bendecir a otros y también testimonio del poder de Dios.
Si entiendes el propósito entonces estarás habilitado para recibir los recursos del cielo a tu favor.
Dios siempre llega JUSTO A TIEMPO
P. Elias hoyos
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