Tú puedes, es lo que siempre nos han dicho, eres fuerte lo vas a lograr, es lo que nos hemos grabado pero en medio del camino descubrimos algo:
Nuestra fuerza de voluntad se quiebra y nos sentimos desmayar.
No está mal sentirse cansado o con ganas de “tirar la toalla” porque es es esos momentos donde reconocemos que no siempre podemos tener el control de las cosas y que no somos “súper humanos”.
Dios está dispuesto a ayudarnos siempre pero debemos aprender a reconocer que somos débiles y que necesitamos su ayuda.
Él te dice hoy: ven a mi y te daré descanso.
Dios siempre llega JUSTO A TIEMPO
P. Eliashc
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